domingo, 19 de diciembre de 2010

Una dependencia del Palacio de Versalles será reciclada en hotel de lujo



 El establecimiento público otorgó una concesión a la empresa privada Ivy International SA para que renueve y explote durante 30 años este edificio del siglo XVII, cuya construcción fue ordenada por el monarca francés Luis XIV.

Construido en los años 1680 por el arquitecto Jules Hardouin-Mansart, el hotel Gran Control, con 1.700 m2 de superficie, está situado en el número 12 de la calle Indépendance-Américaine.

El edificio sirvió para el control general de las finanzas de 1723 hasta la Revolución Francesa, que puso fin a la monarquía absoluta en 1789. Dependiente del ministerio de la Guerra a mitad del siglo XIX, fue utilizado como comedor de oficiales hasta 2006. Sin ser restaurado durante años, el ministerio de Defensa lo devolvió al Palacio de Versalles a principios de 2009. "Este inmueble nos fue devuelto en un estado muy deteriorado", declaró Aillagon.

El concesionario pagará el gasto de las obras, estimado en 5,5 millones de euros. El arquitecto en jefe de los monumentos históricos, Frédéric Didier, dirigirá la renovación.

La empresa pagará al establecimiento público una renta anual, en concepto de ocupación del inmueble, calculada de forma proporcional al volumen de negocios del hotel.

Una convención entre el ministerio de Cultura y el secretariado de Estado de Turismo, firmada en noviembre de 2009, incita a desarrollar el potencial económico y turístico del patrimonio cultural francés.

En mi opinión, este tipo de actividad, hoy en día suelen ser muy recurridas para muchos bienes muebles con historia que nos han llegado hasta nuestros días, es una buena forma para ingresar dinero y poder restaurar las instalaciones que una vez fueron descuidadas. Con esto se aseguran que el palacio volverá a recuperar su aspecto o al menos gran parte.
Pero construir un hotel en un edificio como es el Palacio de Versalles que es uno de los grandes iconos de la historia de Francia y uno de los lugares populares entre muchos de los turistas que viajan a Francia, también puede ser una mala inversión para el propio palacio, ya que una construcción instrusiva, sin respetar las construcciones originales y el movimiento de mucha gente puede deteriorarlo si no se hacen buenas previsiones y una continua restauración para preservarlo a lo largo de los años que estará en servicio.


1 comentario:

Juan Manuel Cordobés Aguilar dijo...

Siendo realistas, es una forma de sacar partido al patrimonio que bien podría ser beneficiosa o bien no podría serlo. Todo ello depende de con el cuidado y respeto que se trabaje en el palacio. Aunque no hay que olvidar que es un impulso económico muy grande que irá a parar a la mejor conservación del palacio.

Ahora solo quedaría esperar a ver como se desenvuelven las obras de restauración y adaptación del majestuoso edificio a las necesidades del siglo XXI que imagino querran ofrecer en dicho Hotel de lujo. Y no nos olvidemos de que si el proyecto no sale rentable habrá que tomar medidas para que no se descuide por parte de la empresa.