lunes, 29 de noviembre de 2010

PRIMEROS DAÑOS EN LA PLAZA DE ESPAÑA UN MES DESPUÉS DE SU REINAGURACIÓN.


Un mes después de la reinauguración de la Plaza de España, tras dos años de obra y más de nueve millones de euros invertidos, vuelven los desperfectos.

Si nos remontamos en el tiempo a la Exposición Iberoamericana del año 1929, ésta efeméride fue construida por el arquitecto sevillano Aníbal González. Las obras de construcción comenzaron en el año 1914, resultando la Plaza de España el proyecto más ambicioso y costoso de dicha exposición. Esto resulta asombroso y es de valorar, ya que la situación económica de Sevilla en esos años era difícil. A pesar de ser uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, tuvo que cerrarse a causa de los desperfectos y destrozos que presentaba. En los últimos años, la Plaza de España ha sufrido un importante proceso de restauración que finalizó el pasado 17 de octubre de 2010 con una serie de actos conmemorativos para su reinauguración.

Una vez realizado un recorrido en el paso del tiempo desde su creación hasta su posterior y segunda reinauguración, me centraré en la idea fundamental de la presente noticia.

Solamente ha sido necesario el periodo de un mes para encontrar desperfectos, y vuelvo a repetirlo ya que no puedo seguir hacia delante sin reflexionar la siguiente cuestión: ¿qué significa el intervalo de tiempo de un mes en comparación con dos años de restauración? Resulta obvio pensar que no significa nada, que no se pueden comparar ya que un mes son treinta días y dos años son setecientos treinta días de esfuerzo y dedicación a ésta obra. A pesar de estos datos, los presuntos destructores no han tenido en cuenta estos esfuerzos y el gran desembolso económico que ha supuesto la mencionada restauración.

Volviendo a retomar la noticia se puede decir que los desperfectos más significativos, entre otros, se localizan en los bancos, donde están los mapas provinciales, y en las dos fuentes, donde se puede apreciar con mayor detalle que han sido provocados por el vandalismo. Para combatir este problema, el Ayuntamiento junto con el Estado han contratado seguridad privada con el fin de controlar el recinto las veinticuatro horas. Pero parece ser que no es suficiente.

Reflejado el contenido de la noticia, me gustaría señalar que, cómo ciudadana de Sevilla que soy, me siento indignada con este acto vandálico y no sólo muestro mi descontento con éste, sino con cualquier otro, ya que en mi opinión, no entiendo cómo se puede llegar a estos límites.

Siendo Sevilla una ciudad con numerosos monumentos artísticos y con un gran valor patrimonial, ¿por qué llegar a esto? ¿Qué daño le ha hecho la Plaza de España a estos destructores para dañarla de esa forma? ¿Por qué y para qué ese “disfrute” de querer destrozar lo que tanto valor histórico tiene y tanto esfuerzo ha costado y cuesta su mantenimiento? ¿A caso nos gusta ser noticia, como la que hemos sido desgraciadamente, en los medios?

Son millones de preguntas las que nos podemos hacer sin encontrar respuesta, puesto que no todos/as pensamos de la misma forma, ni mucho menos valoramos lo que tenemos de igual manera. Como ciudadana de Sevilla me da vergüenza leer este tipo de noticias sobre mi ciudad, ya que me siento afortunada de vivir en una tierra con tantos monumentos de extremada belleza. Por eso reivindicaré que no todos/as somos iguales y que por más que se piense que puede ser obra de jóvenes, no me siento ni me sentiré parte de este colectivo, cuyo único entretenimiento es el destrozo de la frágil cerámica, la mayor seña de identidad de nuestro patrimonio. Sería mucho más sano que estas personas se relacionasen con los demás antes que prestarse a estos actos vandálicos.

Si intentamos localizar donde radica el problema, encontramos como principal causa la falta de educación. Una educación en la que no se cumple el refrán de “no se valoran las cosas hasta que se pierden”, una educación que no disfruta de lo que gratuitamente se le ha ofrecido, que no busca una relación entre su forma de ser y de vivir con su ciudad, costumbres y arte, y una educación que no tiene respeto por el sueño, esfuerzo y dedicación que tuvieron los autores de nuestras obras.

Soy consciente de que mis palabras resultan duras, pero no puedo dejar de expresar mi opinión y mucho menos mi indignación, por no “querer dañar” a aquellos que no tuvieron consideración ni reparo ante el resto de los sevillanos/as.

Ante esta problemática, sólo queda como solución la educación y sobretodo la educación en valores. Nosotros/as somos los/as únicos/as que podemos parar este tipo de actos desafortunados, ya que como futuros educadores/as debemos inculcar en el alumnado el respeto y el valor por su patrimonio (ya sea de su comunidad, nación o del mundo). Es un deber de nosotros/as y también de la familia concienciar a la comunidad de alumnos/as que es necesario que conserven su patrimonio ya que representa un signo de identidad para ellos. Estamos hablando de un bien social cuya finalidad es servir como factor de desarrollo integral al colectivo al que pertenece, por lo tanto éste debe de prevalecer para que futuras generaciones disfruten también de él.

Debo señalar que este acto puede haberse llevado a cabo por extranjeros, pero esto no me va a hacer cambiar de opinión de que la única solución que existe para combatir este problema es la educación.

Para concluir mi comentario, expondré que nuestra Plaza de España ha sido utilizada como escenario de películas como, Lawrence de Arabia en la que la plaza representaba el cuartel general del ejército británico en el Cairo, o en otras como la película de Star Wars Episodio II, en la cual la plaza representaba el planeta Naboo. También en ella se ha grabado el videoclip de Enigma y varios spots publicitarios. Dada esta información, podemos finalizar preguntándonos: si el mundo ha tenido en cuenta nuestra ciudad y nuestro arte para diferente fines, ¿queremos verdaderamente no formar parte de otros eventos? A mi entender, la respuesta es obvia, por lo tanto pongamos soluciones que no se basen en una mera vigilancia, sino en una concienciación del patrimonio desde las aulas.

Fotos y más informacion en http://www.diariodesevilla.es/article/sevilla/839269/vandalismo/la/plaza/espana.html

7 comentarios:

Cristina Calle dijo...

Para empezar, quiero unirme a Rocío en ese sentimiento de verguenza como ciudadana ante tales destrozos. Continuamente nos estamos topando con este tipo de noticias en los medios de comunicación que hacen tanto daño a nuestro sociedad. No doy crédito a lo que leo, cada vez me encuentro con una de estas noticias. No entiendo el porqué de estas fechorias.

¿Por qué aun quedan personas que gozan con hacer daño a lo que es nuestro? ¿Qué ganan ellos con hacer eso? ¿Ser noticia? Me da pena pensar que en la actualidad, haya ciudadanos tan crueles en esta sociedad en la que vivimos, en la que supuestamente se ha evolucionado para bien.

También estoy de acuerdo contigo cuando dices que no todos somos iguales y no podemos pretender "meter a todos en el mismo saco", como vulgarmente se dice. Cuando decimos por ejemplo: "Eso es obra de los jóvenes de hoy en día". No es así. Yo muchas veces no me siento al igual que Rocío ubicada en ese colectivo, cuando se habla en un tono totalmente despectivo.

Por otro lado, decir que tienes razón cuando dices que la solución es la educación. La educación en valores, que cada vez coge más fuerza en nuestra sociedad. Puesto que, debemos como futuros maestros enseñar a respetar y valorar lo que heredamos de nuestros antepasados.

Por último quiero señalar que coincido contigo cuando dices que el problema puede originar de la falta de educación. Pero, yo creo que también el problema puede radicar en que muchas veces no sentimos el patrimonio como nuestro.Es un problema de identidad. Por eso, debemos profundizar en esa idea de patrimonio como parte de nosotros. E intentar por todos los medios, que nuestros alumnos, desde pequeños, sepan apreciar y valorar lo que tienen en su tierra como una parte de ellos.

Almudena Prado dijo...

Yo también me uno al sentimiento de vergüenza e indignación que manifestáis, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de uno de los monumentos más representativos de la ciudad de Sevilla y, como su propio nombre indica, del país en general.

Además, como bien ha indicado Rocío, no entiendo cómo hay personas capaces de destrozar en tan sólo treinta días lo que costó años de esfuerzo construir y, actualmente, volver a restaurar.

Es que es una injusticia que unos pocos acaben con algo que es de todos, con un patrimonio de tanto valor, sin sentir remordimiento por ello; pero yo tampoco me siento identificada con las personas, si se las puede llamar así, que cometen este tipo de actos. Lo único que me hacen sentir es indignación, repulsa. Por ello me uno a la pregunta de "¿Qué daño le ha hecho la Plaza de España a estos destructores?". Sinceramente, no entiendo qué buscaban con ello.

Lo que sí sé es que, como decís, la falta de educación es una de las principales causas de este tipo de actos. Más aún cuando se trata de temas como el patrimonio, los valores(sobre todo respeto y tolerancia)y actitudes, tan poco frecuentes dentro de la educación recibida en la escuela e, incluso, en el seno familiar en algunos casos.

Pero es que es difícil educar en valores cuando observas que, al suceder estas acciones, las personas que llevan el mando y que pueden hacer algo más de lo que podría realizar un ciudadano de a pie gastan su tiempo en distribuir responsabilidades: porque "al Ayuntamiento le compete su cuidado y conservación" mientras que "al Estado le corresponde una zona en concreta de la Plaza" (según un artículo del Diario de Sevilla). Y mientras que no se llegue a un acuerdo, el monumento puede seguir degradándose a manos de "salvajes" sin otra solución que una mayor vigilancia.

¿Eso es realmente una solución? Más bien se trata de una actuación rápida para callar bocas por el momento.

Así, estoy de acuerdo en que, el monumento es de todos porque es una seña de identidad de la ciudad y del país y, por lo tanto, todos somos responsables de su cuidado y conservación. Por eso, si otros no lo hacen, debemos ser nosotros los que hagamos algo en la medida de lo posible. De modo que, como futuros maestros, coincido en que debemos aportar nuestro granito de arena y conseguir una educación más rica en valores para crear ciudadanos que se comprometan con su patrimonio.

Abel Beltrán Salas dijo...

Como bien han dicho Cristina Calle y Almudena Prado es realmente vergonzoso e indignante todo este tipo de actos vandálicos en contra de nuestro patrimonio. Está claro que no todos los cuidadanos somos iguales y nos comportamos de la misma forma pero es imperdonable esta actitud destructiva de muchos "personajes" que tan de moda está en nuestra sociedad y aún no acabamos de entender el por qué.
Nunca es tarde para concienciar a los cuidadanos de la conservación del patrimonio. Esto sería posible en las escuelas y la familia desde los primeros años de vida. Los educadores debemos de conseguir que los ciudadanos, en este caso los niños se sientan identificados con su entorno y los elementos patrimoniales de su ciudad lo que contribuirá a una mayor concienciación del cuidado y el correcto uso y por lo tanto disfrute del mismo.
Es cosa de todos y no de unos cuantos. Como bien se ha dicho anteriormente este grave problema podria atajarse, es posible, nunca es tarde para ponernos en marcha, aunque somos conscientes de que es una tarea bastante compleja,aunque, si entre todos colaboramos podríamos conseguirlo en un futuro no muy lejano.

Ana A.G. dijo...

Estoy sorprendidísima con esta noticia, no me había enterado de este suceso. No logro entender como la gente hace ese tipo de cosas, ¿a caso no vivimos en un país civilizado?, ¿no tenemos suficiente educación?, ¿la gente no sabe valorar el Patrimonio en los tiempos en que estamos?

No comprendo en sí el vandalismo, como a una persona le puede satisfacer destrozar inmuebles y todo tipo de cosas, pero es que mucho menos puedo entender como alguien puede atentar con la recién acabada restauración de la Plaza de España. Dos años de esfuerzo y dedicación para que en dos días un grupo de vándalos e impresentables arremetan contra la famosa plaza sevillana.

A causa de este acontecimiento el ayuntamiento se ha visto obligado a establecer vigilancia durante todo el día, dinero que tiene que ser destinado a velar por la seguridad de tal edificación, cuando podría emplearse en otros usos como la restauración o mantenimiento de otras zonas, iglesias, etc.

Susana Jiménez Mavillard dijo...

La Plaza de España de Sevilla configura uno de los espacios más espectaculares de la arquitectura regionalista. Constituye un conjunto arquitectónico encuadrado en el Parque de María Luisa, siendo su entrada más próxima por la glorieta del Cid Campeador, justo enfrente de dicho monumento y la antigua Real Fábrica de Tabacos.

La Plaza de España constituyó el proyecto más emblemático de la Exposición Iberoamericana del año 1929, fue proyectada por el arquitecto sevillano Aníbal González. Las obras de construcción comenzaron en el año 1914, resultando el proyecto más ambicioso y costoso de la Exposición, llegando a trabajar en su construcción mil hombres al mismo tiempo. Algunos aspectos del proyecto suscitaron algunos rechazos, la Academia de Bellas Artes se opuso a la altura prevista de las dos torres que podían rivalizar con la Giralda, y Forestier, diseñador del Parque de María Luisa, rechazaba la construcción de la ría que rodea la plaza, para una ciudad con gran escasez de agua como Sevilla. En 1926, tras la dimisión de Aníbal González de su cargo de director de la Exposición, asume la finalización del proyecto el arquitecto Vicente Traver, que terminó los cerramientos del recinto y añadió la fuente del centro de la Plaza.

En un principio, tras finalizar la exposición, su destino era formar parte de la Universidad de Sevilla, esa es la razón de las hornacinas existentes en cada una de las provincias. Sin embargo tras haber sido utilizada durante la Exposición, pasó a ser sede del gobierno militar, sirviendo sus estancias como ubicación de la Capitanía General, albergando años después además la delegación del Gobierno central en Andalucía y al mismo tiempo el Museo Militar de Sevilla.

En los últimos años, la plaza de España ha sufrido un importante proceso de restauración que finalizó el pasado 17 de octubre de 2010 con una serie de actos conmemorativos para su reinauguración. Con estas actuaciones se pretendió recobrar la imagen con la que fue concebida para por su autor, Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929, incluyendo la recuperación de veinte farolas de cerámica y de fundición que, imitando a las que entonces formaron parte de la plaza y que luego desaparecieron, jalonan de nuevo sus balaustradas. Así mismo, se recuperó la ría con su llenado e instalaron sobre ella sus tradicionales barcas de alquiler.

Es triste saber que hay personas a los que esta plaza no les dice nada. Tengo maravillosos recuerdos de mi infancia yendo allí con mis padres y hermanos todos los domingos a montar en bicicleta, a pasear en las barcas, a buscar los escudos y dibujos que formaban los mosaicos del suelo o a dar vueltas y vueltas montados en los ponnys, lo que para nosotros era la atracción estrella.

Dudo mucho que estos vándalos que han arruinado este sello de identidad para la ciudad, hayan disfrutado como lo hice yo de estas experiencias enriquecedoras.

Gracias a mis padres le tengo un cariño especial a este lugar. La educación que me han dado hace que se me escape de toda lógica este tipo de acciones. ¿Cuál ha sido la que han recibido semejantes individuos? Es una lástima que exista gente con tan poco amor a todo.

Estoy convencida que la educación recibida es la esencia de las personas que somos. Por eso educar en valores desde los primeros años de vida es la única herramienta para prevenir este tipo de violencia.

Anónimo dijo...

“¿Por qué aún quedan personas que gozan con hacer daño a lo que es nuestro? ¿Qué ganan ellos con hacer eso?” Ésta fue la pregunta que se formuló en el primer comentario, el de Cristina, y yo la respondo: pues porque esas personas no deben considerar realmente suya ni identificarse con la Plaza de España. Quizás me repetiré a mí misma comentando esto o repetiré los comentarios de los compañeros, pero el problema principal es el tipo de educación que reciben estas personas que realizan esos actos vandálicos, no hay vuelta de hoja. Una persona que no conoce realmente lo que es o ha sido la Plaza de España es difícilmente que la ame. Esto es muestra de una educación en el patrimonio totalmente descontextualizada de la realidad del niño. Ciertos profesores sólo se conforman con que el alumno sepa contenidos o información sobre la Plaza de España, sin intentar establecer una relación de respeto entre el niño y el patrimonio de su ciudad. Y si el niño no respeta el patrimonio de su ciudad o entorno, difícilmente respetará el patrimonio más universal.
La Plaza de España, además de ser una elemento identificativo o seña de identidad de nuestra ciudad, es un elemento representativo de España (de ahí viene el nombre “Plaza de España”). Cada vez que paso por al lado de la azulejería dedicada a cada provincia, veo a varios grupos de turistas y a los guías explicando los hechos o historia que se muestran en las escenas plasmadas en los azulejos. Este monumento coge pedacitos de historia de cada provincia española para mostrársela al exterior, es decir, a todo visitante. Poner ejemplo
Como Rocío, pienso que en estos actos vandálicos podrían haber participado extranjeros. Pero digo yo, si los extranjeros ven que ni nosotros mismos respetamos lo que se supone que es patrimonio de nuestra ciudad, ¿cómo lo van a hacer ellos? Si son personas que no han tenido contacto con nuestra Plaza de España, ya que provienen de otro país, y si para colmo no les enseñamos lo que la apreciamos y valoramos, no vamos a esperar que ellos también la respeten.
Al igual que Susana Jiménez, yo también disfruté de la Plaza de España en mi niñez. Recuerdo que la Plaza de España significaba para un lugar de reunión familiar algunos fines de semana. Fue mi familia la que me transmitió el amor por este edificio porque cuando estaba en el colegio de Primaria no hablamos de ella ni una sola vez.
Lo que es triste es que ni la seguridad privada que ha contratado el Estado resulta suficiente para controlar estos lamentables sucesos, por eso, es importante actuar desde la educación, pues, si no es desde ésta, poco podremos hacer por nuestros bienes patrimoniales, pues el desinterés de nuestros ciudadanos se seguirá viendo en los desperfectos de estos monumentos.

Olga Duarte dijo...

Verónica Durán expresa: Tengo que decir que la verdad es que es imposible ir a Sevilla y no pasar por la fascinante plaza de España de esta ciudad. Ya que lo que comenta en la noticia es cierto, parece que al alcalde de esta ciudad no piensa que esta plaza se algo que hay que cuidar, ya que considera que no merece la pena cuidar o simplemente limpiar este monumento. Parece que han decidido no tocar nada ni siquiera para su bien, vamos que ni siquiera la limpian. Hay desperfectos como: las barandillas están totalmente destrozadas, papeles y otros residuos que nos encontramos por todos los rincones, también hay vallas tapando las zonas mas afectadas, en fin un desastre. En conclusión, estoy de acuerdo con lo que se comenta en esta noticia.