lunes, 29 de noviembre de 2010




“LA CIUDAD MUSEO”

Leyendo el periódico local de mi pueblo, La voz de Alcalá, me llamó la atención un artículo publicado por Romualdo Maestre titulado “La ciudad museo”, ya que la idea que refleja en él es la que tenemos muchos de los habitantes de Alcalá de Guadaíra.

Sin duda, nuestro pueblo es digno de admiración debido a las numerosas reformas en las que se ha visto afectado sobre todo durante los últimos años.

La majestuosidad del puente del Dragón es muy conocida tanto por sus pueblos de alrededor, como por la propia capital, aunque tampoco tenemos que olvidar otras reformas, como las del parque Oromana, la rotonda de Beca, los panaderos etc.

Para alguien que viene de fuera, Alcalá de Guadaíra es una ciudad museo encuadrada en un bonito paraje natural. En este sentido, si no llega a ser por el majestuoso castillo que se ve desde todas las carreteras colindantes de Alcalá, nadie diría que nuestra localidad consta ya de 5000 años de historia. En todos estos años nunca ha pasado desapercibida ni a nivel cultural, artístico ni a nivel económico. Han sido muchos los ilustres que han hablado del encanto de Alcalá, son personajes de la talla de Al-Mutamid, Cervantes, Luís de Guevara o López de Vega.

En cuanto a su economía, siempre ha gozado de una gran industria aceitunera, textil y sobretodo panadera, sin olvidar el ferrocarril que cada mañana llevaba a nuestros panaderos a las diferentes localidades vecinas y a la capital de la provincia.

Además debemos recordar que dado el paraje natural donde se encuentra y la vida que le daba el río era un destino muy solicitado por los burgueses de Sevilla para pasar el verano fuera de las altas temperaturas de la capital.

¿Dónde están todas las tradiciones artísticas de Alcalá?, ¿dónde ha quedado la personalidad de nuestro pueblo?

“Atrás quedaron las fachadas de limpia cal, el importante centro histórico de la ciudad y señas de identidad importantes para nuestra localidad”.

Todo nuestro pueblo es un museo “donde los habitantes seríamos estatuas silenciosas que apenas dan problemas y la otra mitad de los horrores sin vuelta atrás (urbanísticos, paisajísticos, medio-ambientales…)”.

Pero en este museo debemos echar un vistazo a insignias tan significativas de nuestro pueblo como la antigua comisaría de policía, una de las joyas del Duque de Talavera, lo que me lleva a preguntarme ¿no sería mejor restaurarla y utilizarla como una institución social antes de verla como está en un estado de ruinas?

Puede que nuestro Excelentísimo Ayuntamiento le importe más llenar las calles de piedrecitas de colores a restaurar un legado de nuestro pueblo.

Por otro lado podríamos decir que sí, es cierto, nuestro pueblo está quedando muy bonito pero, ¿cuándo dejaremos de sufrir las incomodidades de las obras?, actualmente, es importante llegar a cualquier parte del centro con vehículo propio y si tenemos la suerte de llegar, ¿por dónde salimos luego?, eso hablamos desde el punto de vista personal pero, ¿qué pasa con los negocios de la zona?, ¿no se ven ellos afectados por la ilusión de unos pocos de ver convertida nuestra localidad en un museo?.

Además de esto, también debemos recordar que, no se sabe por qué motivo están continuamente arreglando zonas que se supone que ya estaban listas. Un ejemplo es la obra de la calle Silos. Después de casi un año de levantamientos de tierra, ruidos y demás incomodidades, se acaba la obra del 2ºtramo de la calle. ¿Cuál es la sorpresa de los vecinos y comerciantes de la zona cuando, al empezar las lluvias todo se inunda?

Para recortar costes pusieron más tubos demasiado estrechos para el paso del agua pero bueno, no importa, pensarán ellos, la fuente de la rotonda ha quedado preciosa (aunque un vehículo grande no quepa en ella) y lo de las casas ya se arreglará. Tienen que movilizarse los vecinos para que nuestro querido alcalde acceda a arreglar el estropicio.

¿Por qué no se movilizan los vecinos para que el dinero no se gaste en obras absurdas y se gaste en restaurar y arreglar patrimonio de nuestra localidad?, puede ser porque muchas de las personas de nuestro pueblo no valoren lo suficiente y no le den la importancia que tienen a muchos rincones de Alcalá, puede ser por falta de interés o porque vivan en una sociedad que prefiera encontrarse en un pueblo que no tenga casi nada o más bien que esté perdiendo su historia a causa de la dejadez en cuanto al patrimonio.

Mientras que se gastan el dinero en arreglar calles, nos encontramos otro problema: no hay dinero para la construcción del nuevo colegio del campo de las Beatas. También después de varias movilizaciones, se llegó a una “gran solución” que ha consistido en realizar el nuevo colegio pero ubicándolo en caracolas en el patio del colegio ya existente.

Otro aspecto a destacar de la política de nuestro Excelentísimo Ayuntamiento es el dinero que se ha gastado en la fuente de Rabesa (barriada alcalareña) y en el arreglo de la avenida pero, qué pasa con la restauración y limpieza de los alrededores del castillo.


Foto del famoso castillo de Alcalá de Guadaíra obtenida de google.


Desde lejos o en fotos, este castillo sigue teniendo el mismo esplendor que antaño pero si nos acercamos, todo cambia: rastrojos y basura eclipsan la belleza de nuestro monumento más representativo.

Para finalizar con esto se puede decir que es bueno que Alcalá se vaya modernizando y que sea hermosa desde el punto de vista artístico, pero siempre sin olvidar sus raíces, su historia y a las personas que la hicieron avanzar hacia la modernidad.



1 comentario:

Juan Manuel Cordobés Aguilar dijo...

En mi opinión, a nuestro paso por Alcalá de Guadaíra lo que vemos es el intento de embellecer la ciudad, y de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. El problema es que para llegar al nivel de vida que se han propuesto alcanzar, las obras son necesarias, y más aun por el momento en el que vivimos, tiempo de paro donde hay que sacar puestos de trabajo de donde sea, y estos son los que se encargan de tales obras. Pagar los salarios hace además que se recorten los presupuestos en materiales, que como señalas hacen al final las obras casi inútiles o contraproducentes.

Cierto es que Alcalá posee grandes atractivos como el castillo, que domina la zona, pero como todo en esta vida lo mueve el dinero, y los partidos políticos, es decepcionante ver como caen en el olvido importantes elementos del patrimonio de la ciudad por que no se les da la importancia real que tienen, bien sea por que no son capaces de idear un plan de explotación económica que aporte beneficios o bien porque hay otras necesidades humanas que cubrir antes.

Por desgracia esta es la situación que predomina en la mayoría de ciudades y pueblos de Andalucía.