Las sucesivas obras de pavimentación del paseo de las Delicias soterraron parcialmente los bancos del muro de ladrillo que bordea el muelle de Nueva York. Ahora están siendo recuperados
Recientemente se han llevado a cabo unas obras en lo que eran el muelle de los Viajeros y el de Nueva York (desde el puente de San Telmo hasta el de los Remedios) que forman parte del plan especial de las márgenes del Guadalquivir. Esta noticia, procedente de ABC Sevilla, se centra en lo que se ha recuperado del Paseo de las Delicias. Concretamente se ha restaurado un muro de ladrillo rojo con bancos, construido para la Exposición Iberoamericana de 1929. El muro mide unos 400 metros de longitud y tiene unos quince bancos que responden a la corriente del Regionalismo Historicista. Este estilo arquitectónico se dio en Andalucía a finales del XIX y principios del XX (hasta la Guerra Civil Española). Se podría decir, que las obras arquitectónicas del Regionalismo son símbolo y emblema de nuestra ciudad, ya que en Sevilla hay gran cantidad de edificios de este estilo “firmados” por autores como son Aníbal González, Juan Talavera y Heredia y José Espiau y Muñoz.
Pues bien, estos bancos habían quedado inutilizados ya que, durante varias décadas, las distintas capas de asfalto los han ido soterrando de tal manera que lo que es el asiento de mármol quedaba a ras del suelo.
El autor de este proyecto de recuperación es Don Antonio Barrionuevo, quien no sólo se ha dedicado a restaurar lo que es el muro de ladrillo con sus bancos, sino que ha pretendido elevarlos desde la acera para que adquiriesen sus proporciones originales y para que los bancos pudieran volver a tener su funcionalidad.
Desde esta noticia, se aplaude el trabajo de Don Antonio Barrionuevo, el cual ha intentado que el muro y los bancos conserven sus características originales. Este es exactamente el proceso de restauración que describe ABC de Sevilla:” […] Para ello se han cortado limpiamente los respaldos de los bancos, lo que ha permitido que una vez recrecido el muro con ladrillos de textura y color similares a los antiguos, se hayan podido volver a montar en él los respaldos. También se ha restaurado buena parte del remate del muro. Cada respaldo, convenientemente asegurado con una especie de jaula metálica, se ha elevado y ajustado mediante una grúa de pequeñas dimensiones. Se han renovado todos los asientos con piezas de mármol de Macael, de iguales características a los que había. Finalmente, los bancos han quedado más vistosos por la incorporación de unas bolas decorativas de ladrillo, una a cada lado. Para ello, Barrionuevo ha tomado como modelo las que hay junto a la Torre del Oro, aunque las nuevas son de menor tamaño para que armonicen bien con los bancos. La obra ha terminado con la igualación tonal de todas piezas añadidas con respecto a la fábrica original”.
Primera fase de restauración, banco soterrado. Fuente: ABC de Sevilla.

Segunda fase de restauración, elevación del respaldo de los bancos asegurándolo con una jaula metálica. Fuente: ABC de Sevilla.

Tercera fase: Banco restaurado. Fuente: ABC de Sevilla
Al igual que este diario, también valoro y no desprecio para nada el trabajo que haya desempeñado D. Antonio Barrionuevo, ni pongo en duda su esfuerzo e intención de que el conjunto “muro-bancos” conserve, de la manera más fiel posible, las características originales. Por eso, me ha sorprendido un poco eso de que “las bolas decorativas de los bancos son parecidas a las que están junto a la Torre del Oro para armonicen bien con los bancos”. Que se quiere decir con eso… ¿Se ha cambiado el tamaño de un elemento del banco original para que ahora nos parezca más “armonioso” sin respetar la dimensión que tenía en un principio?... Bueno, esta cuestión sería negativo para algunas personas y no para otras, pues algunos pensarán que hay que respetar lo más que se pueda las características originales de un elemento patrimonial y otros lo verán como algo natural que forma parte de la evolución que experimenta un elemento patrimonial que haya pasado por distintas épocas. Yo me inclino por conservar las características originales de un monumento, aunque reconozco lo valioso que puede ser que en un mismo edificio confluyan distintos estilos, como es el caso de la Giralda.
Para mí lo realmente criticable, no es el trabajo de Don Antonio Barrionuevo, sino “la dejadez” que han sufrido los bancos durante años… ya que se llegó al extremo de dejar los asientos a nivel del suelo por las distintas capas de asfalto…
Es curioso que muchos monumentos de esta corriente regionalista, siendo elementos patrimoniales “relativamente recientes”, están o han estado en condiciones lamentables.
Como hemos leído en un artículo publicado en este mismo blog, parte de la arquitectura regionalista ha desaparecido en tan sólo 40 años. Ahora se están poniendo en marcha planes de recuperación y restauración de algunos de esos edificios de una corriente arquitectónica muy característica de nuestra ciudad. Es el caso de la Plaza de España, la cual ha sido restaurada recientemente, aunque, como nos muestra otro artículo publicado en este blog, ya se están encontrando los primeros desperfectos tras esa gran inversión de tiempo y dinero.
Por lo menos, monumentos como la Plaza de España o el muro del Paseo de las Delicias “han tenido la suerte” de ser restaurados. Este no es el caso, por ejemplo, de otro edificio algo menos céntrico, como es el Cuartel Alfonso XIII. Este cuartel cerró sus puertas en 1995 y se trata de un hermoso edificio regionalista de los años veinte. Según algunos de los blogs que hablan de él (http://loslugaresolvidados.blogspot.com/2009/10/el-cuartel-alfonso-xiii.html ) el cuartel se construyó 1929 y es obra de Aníbal González, aunque no he encontrado otras fuentes que lo corroboren.
El caso es que, desde que “el Sagunto 7” (como también se le conoce a este cuartel) se cerró, he visto como ha ido cayendo progresivamente en un vergonzoso estado de dejadez. Y no sólo el exterior está destrozado, que es lo que yo siempre he estado viendo cada vez que pasaba por delante del cuartel. El interior de este edificio está en un estado todavía más deplorable por las fotos que he podido ver en el blog mencionado anteriormente. El “Sagunto 7” ha sufrido numerosos expolios; está lleno de escombros y basura; faltan muebles, azulejería y muchísimos elementos que formaban parte del edificio…


¿Quiénes son los culpables del estado de estos monumentos? Evidentemente, los ciudadanos de a pie solemos echar la culpa a las administraciones, tanto públicas como privadas, que sean las encargadas de la conservación, y en parte es cierto. La/las administración/administraciones ha /han estado viendo los destrozos y el daño que se le han estado haciendo a estos elementos patrimoniales y ha/han actuado cuando ya estaban muy deteriorados (como es el caso del muro de ladrillo del Paseo de las Delicias o la Plaza de España) o simplemente no ha/han actuado, en el caso del Cuartel Alfonso XIII. Pero es que nosotros mismos, los ciudadanos, o hemos contribuido a esos destrozos o no hemos denunciado los desperfectos que se han estado causando. Lo cierto es que entre todos hemos estado provocando que este patrimonio regionalista se haya estado perdiendo de manera “vertiginosa” en estos últimos años, siendo unos bienes culturales relativamente “nuevos” y que no tenían por qué estar en un estado tan lamentable.
Bien, como veis he empezado hablando de los bancos restaurados del Paseo de las Delicias y he terminado con el Cuartel Alfonso XIII. Pero con ello espero que hayamos reflexionado sobre la importancia del conservar el patrimonio que tenemos para que no llegue a tener un grado de dejadez extrema que signifique, posteriormente, invertir grandes cantidades de dinero en recuperar ese patrimonio que hemos destrozado nosotros mismos con nuestra ignorancia o con nuestro “vandalismo”.
De ahí la importancia de despertar interés en la sociedad por conocer y cuidar el patrimonio. Eso es un trabajo en el que la educación y la difusión del patrimonio tienen un papel muy importante. Por eso es de gran relevancia ir inculcando unos conocimientos y valores a los niños para que de mayores sean capaces de respetar esos elementos que son identificativos de nuestra sociedad (y más si se trata de edificios del Regionalismo Historicista, símbolos de Sevilla) u de otras sociedades y se conviertan en ciudadanos que conozcan la importancia de conservar esos bienes.
El Patrimonio puede ser muy interesante para un niño, sólo hay que llevar a cabo una buena enseñanza del mismo y no mostrarlo como algo “aburrido” y sin relación con la realidad del pequeño. De hecho, yo misma puedo decir que de pequeña me llamaba la atención el estado de dejadez del Cuartel Alfonso XIII y me interesaba por ese edificio ya que formaba parte de mi entorno pues pasaba constantemente por delante de él.
Es importante fomentar el conocimiento y la conservación del Patrimonio, tanto para que nos ayude a configurar nuestra propia identidad como ciudadanos del presente (ya que nos podemos identificar con el patrimonio de algún lugar) como para que sea disfrutado por los ciudadanos del futuro.
Fuentes:
• ABC de Sevilla: http://www.abcdesevilla.es/20101121/sevilla/desenterrando-bancos-paseo-delicias-20101121.html
• Blog “Los Lugares Olvidados”: http://loslugaresolvidados.blogspot.com/2009/10/el-cuartel-alfonso-xiii.html
3 comentarios:
Ante todo tengo que decir que, aunque como en la mayoría de los casos la acción de recuperación de nuestro patrimonio haya sido tardía, hay que valorar en alto grado el que se haya llevado a cabo la restauración de estos bancos y, así, hoy día podamos disfrutar de ellos. ¿Por qué dejan pasar tanto tiempo para comenzar estas labores tan necesarias?, ¿acaso no se dan cuenta del estado de abandono en que se encuentran numerosos edificios, parques y otros elementos que forman parte del patrimonio de toda una ciudad? Lamentablemente, tal y como están las cosas, nos tenemos que conformar con pensar que "más vale tarde que nunca".
Habría que felicitar a D.Antonio Barrionuevo, así como a todas aquellas personas que hayan colaborado en que este proyecto actualmente sea una realidad, pues gracias a ellos se ha realizado una labor de suma importancia para los ciudadanos no sólo de Sevilla, sino de quienes se identifiquen con el patrimonio de la ciudad. Este tipo de noticias son las que nos gustaría encontrarnos diariamente, no aquellas que hablan de lo que, por desgracia, es habitual cuando hablamos de todo lo que guarda relación con el patrimonio: desperfectos, abandono, vandalismo.
Esperemos que esta vez no ocurra como en la Plaza de España y el esfuerzo, tiempo y capital invertido para dar de nuevo al Paseo de las Delicias el aire que tenía en la época del 29, sirva de provecho y no se vea manchado por la falta de concienciación existente acerca de la conservación de algo que es tan nuestro y, al mismo tiempo, de todos. Que se repita un episodio de "salvajadas" hacia elementos patrimoniales sería decepcionante y, a su vez, dejaría traslucir de nuevo la falta de educación en valores y actitudes existente en la sociedad actual, tales como respeto, compromiso, responsabilidad.
Por otro lado, nos encontramos con el caso de aquellos lugares olvidados que continúan existiendo. A todos nos ha pasado alguna vez que, al pasar por algún rincón de nuestro pueblo o ciudad, nos hemos encontrado con escenas tan escalofriantes como la que vemos en la fotografía del Cuartel Alfonso XIII. Concretamente, es el caso del interior de la Iglesia del Santo Cristo de la Misericordia de mi pueblo, por poner un ejemplo. Un patio muy antiguo y otras salas que se caían a pedacitos poco a poco; pero, afortunadamente, han contado con mejor suerte, ya que gracias a la labor de muchos fieles que dedican su tiempo libre a contribuir en su reconstrucción cada día se ven con mejor cara. Es admirable ver cuánto se esfuerzan y cuántas cosas sacrifican a cambio de sentir que hacen lo correcto; esta acción sí que es digna de personas que se sienten identificadas con su patrimonio, con su pueblo y sus tradiciones. Ellos sí que saben lo que es luchar por aquello en lo que creen y a lo que quieren. Aquí se demuestran todos los valores que necesitan ser introducidos en una sociedad que es evidente que carece de ellos: concienciación, respeto, responsabilidad, compromiso, esfuerzo y dedicación hacia elementos que representan una seña de identidad no sólo para ellos, sino para todo un pueblo o región.
Pero volviendo a la cruda realidad, casos como éste escasean. Lo normal es que nadie haga nada por intentar salvar o conservar el patrimonio; y digo nadie porque debemos incluirnos todos. ¿Por qué se encuentra en ese estado tan deplorable el Cuartel Alfonso XIII? Bien es cierto que, en gran medida, las obras de restauración de un monumento siempre deben estar aprobadas por la Administración, pero siempre resultará más fácil que se produzcan si se escuchan las voces de protesta de miles de ciudadanos indignados, si se les presenta propuestas, quejas o reclamaciones... En definitiva, que comparto la opinión de Maribel, pues pienso que si todos actuásemos cuando observamos tales imágenes y, si aún en ese caso las autoridades competentes no hacen nada por devolvernos un patrimonio que nos pertenece, entonces sí podríamos hablar de un único culpable. Pero hasta que no seamos conscientes, todos y cada uno de nosotros, de la importancia de vivir en una sociedad en la que imperen los valores de respeto y compromiso, de la relevancia de inculcar dichos valores a los más pequeños, las imágenes de destrozos y abandono seguirán estando presentes en el mundo actual en que vivimos.
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