
La emblemática fábrica Cruzcampo de Sevilla podemos verla ahora situada en Torreblanca. Ante la polémica originada por el traslado de dicha fábrica tras ser comprada por Heineken, muchos se preguntan si la importancia de la conservación de un patrimonio tan importante para los sevillanos ha sido tratada adecuadamente, no solo como cerveza sino también como símbolo.
Cuando la fábrica fue vendida a la multinacional cervecera Heineken todo el mundo se preguntaba que pasaría con la centenaria fábrica. Hemos visto como con la crisis se han ido cerrando distintos establecimientos, distintas fábricas, locales que recordamos desde nuestra niñez. Realmente ‘la Cruzcampo’, como todo sevillano la conoce, no es una fábrica más, es una marca de identidad para la ciudad. La fábrica hace referencia a esa Cruz del Campo que estaba a las afueras, esa cruz con un templete que vemos en muchos cuadros de nuestra ciudad, esa cruz que no falta en ningún portal de Belén sevillano.
Este templete o humilladero fue construido en 1380 con una cruz de madera que algunos autores relacionan con la hermandad de los negros titulada de Nuestra Señora de los Ángeles, que poseía hospital y cofradía propia desde el siglo XIV fundada por el arzobispo Gonzalo de Mena. Otros sitúan su construcción hacia 1482 por el primer corregidor de Sevilla Don Diego de Merlo, según reza en el interior de la cúpula de citado monumento, aunque todo parece indicar que el templete ya estaba allí y lo que se le acometió una reforma. En 1536 el primer Marqués de Tarifa, adquirió el humilladero, y desplazó su ubicación para que la distancia entre su casa, llamada "la de Pilatos" y aquél fuera exacta con la distancia que recorrió Jesús durante su Pasión y Muerte. D. Fadrique Enríquez de Rivera vivía en un barrio que después se llamo San Esteban, se le ocurrió lo que después se llamo Semana Santa de Sevilla.
No obstante, tanto la Cruz del Campo como la Casa de Pilato constituyen dos elementos decisivos en la formación de la religiosidad popular de nuestra ciudad. La fábrica de cerveza sevillana toma el nombre de dicha cruz, antes se llamaba la cerveza “la cruz del campo” pero con el paso de los años se ha cambiado a “cruzcampo”.
Por otro lado, bien es verdad que la podemos encontrar prácticamente muy cerca de la zona céntrica de la ciudad, y puede que no sea la situación más adecuada en una ciudad desarrollada.
El problema apareció cuando se vio el valor monetario que tendrían esos terrenos. Se hizo una propuesta para construir viviendas, un parque para el polígono sur, mas zonas verdes…Era un proyecto interesante, pero sobretodo se fijaban en él los que iban a conseguir ese beneficio, no les importaba el patrimonio que podíamos encontrar entre esas paredes.
Otro punto importante en el cual también se centraban para hacer el traslado, era los beneficios de la empresa con respecto a la rentabilidad. Ya que ésta aumentaba en su capacidad de producción.
Finalmente, tras distintas disputas Heineken propuso dejar el edificio emblemático de nuestra ciudad y conservarlo con otra utilidad, como museo y biblioteca pública, como podeos leer en la noticia: “Heineken decidió mantener en los edificios más emblemáticos de la antigua fábrica y ubicar allí la sede social y la sede de la Fundación.” Luego se decidió como futuros proyectos lo mencionado con anterioridad, lo podemos ver reflejado en el texto: “Heineken además sigue negociando con el Ayuntamiento de Sevilla para la instalación de un museo y de una biblioteca general dentro del mismo área y que prevén poner en marcha a expensas de la compañía.”
Ante este punto yo me pregunto si realmente muchas veces el patrimonio lo vemos como necesario o preferimos sacar beneficios sin más. Estamos ante una sociedad de consumo, en la que no nos paramos a pensar lo que aporta para nosotros todo el patrimonio y todo lo que aportará a lo largo de muchos siglos, si luchamos por conservarlo y transmitirlo a las generaciones futuras, para que lo respeten y conozcan su historia.
Referencia de noticia:http://www.abcdesevilla.es/hemeroteca/historico-05-09-2008/sevilla/Economia/heineken-finaliza-las-obras-de-su-sede-social-y-de-su-fundacion_804131074123.html
2 comentarios:
En mi opinión la Cruzcampo es un simbolo representativo de nuestra ciudad y por tanto petenece a nuestra historia y cultura patrimonial. Es una buena idea mantener el edificio, y reorientar su función, como museo es una opción muy aceptada ya que enrriquece aun más el patrimonio cultural referido a cosatumbre sevillanas.
Un ejemplo de la importacia de la fábrica es que en 1929 participó en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, su pabellón estaba isnpirado en el patio del Hospital los Veberables.
Además la fabrica, lleva el nombre del único Vía Crusis de tipo "callejero" que existe en España.
Esta zona en su época fue una parada importante de pelegrinación, cuando aquello era campo. Cauando se establece la ciudad por esa zona, la fabrica abastece de puests de empleo a la población.
Como curiosidad, deci que en 1926 nace Gambrinus, un simbolo de la marca y con gran acogida popular. Éste, representaba un hombre de aspecto buenachón y bastante regordete similar a un tonel, como todos sabemos. Lo novedoso es que desde que Cruzcampo pertenece a Heineken esa caricatura de un señor amable regordeta ha cambiado hacia el aspecto de un hormbre fornido y musculoso, ¡ya no está gordo!. La cuestión es, esencialmente, marquetin. Heineken opina que el antiguo Gambrino no es la imagen que quiere dar, ya que hoy en día la sociedad esta muy arraigada a la estética.
Me parece acertada la decisión de Heineken de conservar este edificio emblemático que tanto significa para la ciudad de Sevilla y aprovecharlo para otros usos sin tener que derribarlo.
Estamos ante un caso de patrimonio distinto al que estamos acostumbrados, puesto que es un edificio industrial perteneciente a una empresa privada. Al mismo tiempo, este edificio es un símbolo de esta ciudad ya que fue edificado a las afueras antes que los barrios que le rodean.
Pienso que es necesario crear un museo que de a conocer a las nuevas generaciones la historia de esta fábrica que es, en definitiva, parte de la historia moderna de Sevilla.
Un caso similar podemos encontrar en mi pueblo, en San José de La Rinconada, donde se encontraba la fábrica de azúcar, que junto a la estación de ferrocarril dio lugar a la creación de este barrio dentro de los límites de La Rinconada. Actualmente de esta fábrica sólo queda dos grandes bidones, visibles desde varios kilómetros y que identifican claramente a esta localidad.
Os comento este tema porque al igual que la fábrica de Cruzcampo sería importante conservar ese edificio emblemático y crear algún museo donde se recoja la historia de esta fábrica y de la localidad a la que dio lugar.
Publicar un comentario