El Profesor Jorge Benavides coordinador del trabajo
(Foto: Diario de Sevilla)
Un exahustivo trabajo de investigación realizado por el profesor Jorge Benavides y sus alumnos revela que, actualmente, quedan en Sevilla 528 de estos edificios levantados entre 1920 y 1935
En apenas cuarenta años, desde inicios de la década de los setenta hasta la actualidad, ha desaparecido el 20% de las edificaciones regionalistas de la ciudad de Sevilla. ésta es una de las conclusiones del Plano de la arquitectura regionalista de Sevilla y su provincia, un trabajo que, desde hace cinco años, lleva realizando un grupo de estudiantes universitarios coordinado por el profesor Jorge Benavides, uno de los mayores especialistas en la materia que existen actualmente.
El estudio ha partido de una metodología trabajosa pero simple. Tomando como punto de partida el exahustivo catálogo que sobre este tipo de edificaciones realizó a principios de los 70 Alberto Villar Movellán, los estudiantes han comprobado la situación actual estas edificaciones cuarenta años después, ubicándolas en un plano de la ciudad y realizando una ficha pormenorizada donde se describe el estado actual de las edificaciones que se han salvado, por ahora, de la piqueta. En la actualidad quedan en pie 528 de estas edificiaciones levantadas entre 1920 y 1935.
La conclusión puede ser positiva o negativa según se vea la botella medio llena o medio vacía, pero lo más preocupante para Jorge Benavides, que imparte sus clases en el departamento de Urbanística de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, es la desidia y pasividad de las administraciones ante la pérdida de un patrimonio que, guste o no, representa la arquitectura que se hacía en Sevilla a principios del siglo XX. Una dejadez que contrasta con intervenciones de calado como la reciente restauración de la Plaza de España, una actuación que, sin embargo, no oculta el abandano de obras que firmaron arquitectos como Aníbal González, Juan Talavera o José Espiau, por señalar a los más conocidos.
Esta pasividad no sólo se debe al "desconocimiento y falta de información" de los políticos, sino también al "silencio cómplice para favorecer la destrucción del patrimonio y favorecer así la inversión inmobiliaria". Y es que, para el profesor Benavides, no hay duda de que "especulación y destrucción del patrimonio van de la mano". El ejemplo es que, en aquellas zonas donde la especulación ha tenido espacio para construir no ha recurrido a la destrucción, mientras que en zonas como el casco histórico, donde la falta de solares es evidente, la piqueta ha funcionado sin ningún miramiento.
Existe, también, un tercer factor: el "desdén de los profesionales" de la arquitectura que, influenciados por el movimiento moderno, consideran el ornamento (una de las características de este movimiento) como un delito casi imperdonable. "La pasividad de la ciudadanía" cierra el círculo de la progresiva desaparición de una arquitectura que identifica a Sevilla.
El trabajo, con la provincia incluida, pretende estar terminado el próximo curso 2011-2012. Jorge Benavides ya se ha puesto en contacto con la Consejería de Obras Públicas de la Junta, el Ayuntamiento de la ciudad y la Diputación Provincial para editar estos planos que serían de una gran utilidad para fomentar entre ciudadanos y turistas el conocimiento de la arquitectura regionalista sevillana. Sin embargo, hasta la fecha sólo ha recibido una vaga respuesta por parte de la Corporación Provincial. Una muestra más del desinterés que las administraciones muestran hacia un patrimonio más querido por la ciudadanía que por sus representantes.
Fuente: Diario de Sevilla
http://www.diariodesevilla.es/article/sevilla/825750/la/arquitectura/regionalista/ha/desaparecido/solo/cuarenta/anos.html
5 comentarios:
Las administraciones públicas y nuestros representantes tiene una principal idea: avanzar, sobre todo económicamente, la manera de conseguir este avance no es directamente proporcional a la pulcritud de la manera de conseguirlo, ya que estas administraciones en lo único que piensan es en la economía, con la especulación se gana dinero y con el patrimonio no lo suficiente sobre todo si estos representantes y la mayoría de la población no conocen su importancia arquitectónica.
Dejando de lado el punto de vista de las administraciones públicas, me parece lamentable que se destruyan edificios de interés cultural tan sólo porque necesitan un solar para hacer nuevas viviendas.
Estoy bastante de acuerdo con la idea de Benavides, aunque creo que se debería ir más allá, la mayoría de los sevillanos conocen los monumentos más representativos de la ciudad, pero en cambio no conocen otros, que aún siendo muy importantes no gozan de la talla de los primeros.
El primer paso que se debería llevar a cabo sería dar a conocer a la población, empezando por los más pequeños la obra de autores más importantes para nuestra localidad, como pueden ser Aníbal González, dejando a un lado la Plaza de España, Juan Talavera o José Espiau.
Así que no diríamos “pasividad ciudadana” sino “desconocimiento ciudadano”.
Para concluir comentando a lo que el autor de la noticia llama “desdén de los profesionales” entiendo que éstos busquen las nuevas tendencias y quieran plasmarlas, pero no creo que ningún arquitecto que presume de lo cual clasifique de forma pésima las tendencias anteriores.
Como dice la noticia “ guste o no” pienso que aqui en Sevilla no se valora lo neo-clásico y a mi personalmente me gusta, pues ademas documentandome un poco la arquitectura regionalista: es el retorno a lo tradicional, sobre todo en la vivienda residencial que se pretende tenga sus propias señas de identidad. El regionalismo recupera los estilos platerescos y románicos además de incluir las propias tendencias y motivos alusivos de cada zona geográfica representando a la Sevilla de principios del S. XX. Si como comenta el profesor Jose Benavides, si estos edificios han desaparecidos es por su falta de interes.
El que no se hayan conservado estos edificios tiene su transfondo económico pues es más facil construir de nuevo que restaurar favoreciendo la inversión inmobiliaria ya que son más los beneficios tanto para administraciones como promotoras. las administraciones con la falta de espacio en el centro tienen un suelo que vender con la que poder financiar sus gastos y las promotoras ahorran costes al no tener que rehabilitar. Tambien otra de las causas es el “desden de los profesionales” influenciados por el modernismo, cuando los propios arquitectos deberian saber que el sueño de cualquier arquitecto no es construir un edificio. Es concebir toda una ciudad echando por tierra los sueños de arquitectos como Anibal González o Juan Talavera, que dibujaron la Sevilla de principios del S.XX.
En conclusión habria que considerar a la arquitectura regionalista como se merece, como parte de la historia de nuestra ciudad y concienciarnos de que no es “ un paso atras” con respecto al modernismo. pues aunque Mies Van Der Rohe se estubiese adelantando a su época con su pabellón de Barcelona no significa que el regionalismo sea mediocre.
Leyendo esta noticia puedo plantearme la siguiente reflexión: si en cuarenta años hemos sufrido la desaparición del 20% de las edificaciones regionalistas de la ciudad de Sevilla, ¿qué pasará en los próximos cuarenta años?
Para empezar, voy a reflejar mi total acuerdo con el profesor Jorge Benavides al expresar que la causa de esta destrucción es la especulación y la indiferencia mostrada por parte de la Administración Pública. Una indiferencia que no ve más allá de obtener grandes beneficios acosta del sueño e ilusión de los autores que construyeron las ya perdidas obras.
¿Por qué no construyen esos espléndidos edificios en zonas donde no hagan ningún daño al Patrimonio ya existente? Pues por la sencilla razón de que no interesa. Bajo mi punto de vista, actualmente resulta más atractivo tanto para la Administración como para los promotores, construir en el casco histórico que hacerlo lejos de él. Es por eso que les conviene construir sobre edificaciones que se han quedado prácticamente obsoletas desde el punto de vista de la Administración, que hacerlo en terrenos aislados del casco histórico.
Desgraciadamente, el método utilizado por estos para llevar a cabo sus propósitos, es la desinformación, ya que para ellos resulta más interesante centrarse en otros asuntos “de rigurosa importancia” y poner vendas, como único remedio a este mal existente, para ocultar a los ojos y oídos de millones de ciudadanos estos problemas, con el fin de evitar críticas y desacuerdos.
Por otra parte me gustaría señalar que no sólo ha sido la dejadez de tal monumento, como nuestra espléndida y maravillosa Plaza de España, la que ha sufrido un deterioro considerable en los últimos años, sino que existen millones de monumentos, entre los que se encuentra por ejemplo la Torre de San Antonio (Olivares), en la que podemos observar esa indiferencia y despreocupación por conservar lo que representa una muestra de identidad para los ciudadanos. En mi opinión la Plaza de España ha sido restaurada por el simple hecho de que resulta imposible seguir manteniendo a una ciudad “ciega”.
Finalmente, contestando a la pregunta del inicio de mi comentario, puedo pensar que en los próximos 40 años las pérdidas de las edificaciones regionalistas seguirán aumentando progresivamente si no tomamos medidas y la Administración sigue sin considerarlo como un problema de rigurosa importancia.
Para la reflexión que ha hecho mi compañera Rocío García en su comentario sobre este artículo, en el que ella misma comentaba que si en cuarenta años hemos sufrido la desaparición del 20% de las edificaciones regionalistas de la ciudad de Sevilla, ¿qué pasará en los próximos cuarenta años? He encontrado dos respuestas u opciones:
La primera opción (que coincide con la respuesta que Rocío dio a su propia pregunta) es que puede que se continúe destruyendo arquitectura regionalista, ya sea por la pasividad de la administraciones a la hora de mantener y cuidar esos edificios, por el afán de éstas por utilizar esos terrenos para el desarrollo urbanístico, o debido al desconocimiento de la ciudadanía, la cual ha contribuido muchas veces a mantener o empeorar el estado de dejadez de las distintas muestras de obras regionalistas que hemos tenido la suerte de tener en Sevilla.
La otra respuesta sería que, una vez que todos nos demos cuenta de la importancia que tienen realmente esas construcciones, procederemos a restaurarlas apresuradamente aportando grandes inversiones de tiempo y dinero para ello, y muchas veces, algunas de las características originales que tenía ese patrimonio puede que se pierdan con ciertos trabajos de restauración.
Ésta ultima respuesta la hemos experimentado en la Plaza de España, la cual, tras años de dejadez, acaba de ser restaurada, y ya tiene daños y desperfectos.
La responsable de esa actitud general en los ciudadanos de pasividad o desinterés sobre el estado lamentable de estos bienes regionalistas, es la clase educación patrimonial que se nos ha dado todos durante muchos años. Esa educación (deficiente en la mayoría de los casos) la han recibido ciudadanos, miembros de administraciones… Digamos que esa inadecuada educación patrimonial es el factor común que une los distintos comportamientos perjudiciales para el patrimonio, ya provenga ese comportamiento de las administraciones (públicas o privadas) o de los ciudadanos. El hecho de que la arquitectura regionalista “esté rondando el siglo de vida”, es decir, que sea reciente, puede influir en la falta de presencia que tiene en materiales didácticos, en las clases magistrales dadas por los docentes de las distintas etapas educativas, etc. Lo poco que se da en materiales didácticos, como por ejemplo, en los libros de texto del Área de Conocimiento del Medio, sobre el patrimonio regionalista, se enseña de manera ilustrativa y aislada, a modo de anécdota. Las obras regionalistas son algo muy cercano y cotidiano para los sevillanos y, sin embargo, no se les da la misma importancia o interés a la que a monumentos con más siglos de antigüedad o más conocidos. Como es normal, si no se les da a conocer a los niños y a los ciudadanos en general el regionalismo sevillano, es difícil que lo aprecien, disfruten de él y lo conserven.
Por último decir, que me sorprende bastante, como al resto de personas que han comentado este artículo, que el gremio de arquitectos sienta “desprecio” por la arquitectura regionalista. Me parece mentira que profesionales, que supongo que han tenido que estudiar a fondo los elementos arquitectónicos de los distintos estilos, puedan “condenar” de esa manera a una corriente que consigue fusionar de manera original elementos de distintos estilos anteriores y crea un estilo propio e identificativo de nuestra ciudad. No creo que sea de “profesionales” el despreciar el trabajo que han realizado sus predecesores, y más si hablamos de autores talentosos como Aníbal González o José Espiau. Es como si un “artista” de la pintura despreciara el Cubismo de Picasso simplemente porque no le gusta, dijese que no sabe dibujar y que no significó nada para la pintura: eso querría decir que ese supuesto artista no tendría ni idea de lo que es el arte y su historia, de lo que significó Picasso y sus estilos para otros artistas posteriores.
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